Cuando sale el sol y llega el buen tiempo, Ámsterdam se transforma: las terrazas se llenan, los barcos navegan por los canales y la naturaleza luce plenamente en los parques. Sin duda alguna, se trata de una gran época para viajar a la capita de Los Países Bajos.
La visita puede arrancar en el casco histórico. Se debe visitar la Plaza Dam, donde se hallan el Palacio Real, la Iglesia Nueva y el edificio Magna Plaza. En las calles aledañas se ubica el Barrio Rojo.
En verano, se puede aprovechar para coger un barco para completar una pequeña excursión. Se puede recorrer casi todo el país merced a la amplia red de canales. Las rutas más conocidas son el río Amstel en dirección a Ouderkerk aan de Amstel, un bello pueblo a nueve kilómetros de Ámsterdam, o en dirección a Vinkeveense Plassen, un área de lagos a 18 kilómetros de la capital.