Amsterdam es una ciudad de cafés y bares, unos 1.500 en total. En cada zona se puede encontrar desde cafés clásicos tranquilos y agradables, hasta bares modernos, repletos y animados.
Cada uno tiene su atractivo: cervezas, música en vivo, terrazas, exposiciones de arte, juegos de mesas y mesas de billar o sencillamente el particular concepto holandés de «lo acogedor».
En Amsterdam, siempre hay un bar o un café cerca. Los ciudadanos son más que amistosos frente a una cerveza o una ginebra holandesa. Por ello, conviene entrar en unos de ellos y sumergirse totalmente en el ambiente.