Antes de subirse a un taxi durante nuestro viaje a Amsterdam conviene saber una serie de aspectos. Así, podremos decidir con criterio si debemos o no tomar un taxi en la capital de Holanda.
Los taxis de Amsterdam se cuentan entre los más caros del continente europeo. Peor aún: a veces los conductores no conocen las calles, y a menudo es preciso indicarles cómo llegar al destino. Todo esto se complica más porque, en general, los conductores se cuentan entre los pocos ciudadanos que no hablan bien inglés. Una excepción es Taxicentrale Amsterdam. Por lo tanto, todo ello no ayuda a los turistas.
No se debe llamar a los taxis en las numerosas zonas de aparcamiento prohibido de la ciudad holandesa, pero muchos paran en ellas si se les solicita. Por lo general, también se hallan taxis en los establecimientos hoteleros y, sobre todo, de noche, en Leidsplein.
La bajada de bandera cuesta aproximadamente 3,50 euros y la tarifa es de 1,98 euros por kilómetro, más entre un 5 y un 10% de propina. Los taxis se localizan por matricula azul, su tarjeta de identificación legal y la luz amarilla del techo.
Algunos taxis independientes cobran tarifas más baratas, pero la mayoría las cobran más caras, especialmente en sitios como la Centraal Station, donde los taxis pueden negarse a adquirir pasajeros para trayectos cortos o tal vez cobren un precio fijo de enter 10 y 15 euros por unos kilómetros. De todos modos, recomiendo viajar en transporte público hasta el hotel.
Una alternativa atractiva son los taxis abiertos de tres ruedas de la empresa TukTuk que tiene un aspecto fellinesco. Los costes dependen de las zonas: 3,75 / 5,25 / 6,75 euros por uno /dos / tres pasajeros en el centro de la ciudad de los canales, más una tarifa plana de 3,75 euros por zona a partir de dicha cifra.
Foto vía Sobre Holanda
