Con sus 7.000 casas catalogadas como monumentos históricos, Amsterdam posee un patrimonio arquitectónico excepcional. La mayoría de las mansiones más bellas fueron edificadas en los siglos XVII y XVIII por los arquitectos Jacob Van Campen, Hendrik de Keyser y los hermanos Vingboons, cuyos nombres pueden verse grabados en algunas fachadas.
A cada período corresponde una forma diferente de aguilón o gablete. Éste es el remate superior de un edificio con el tejado a dos aguas. Puede tener forma de cornisa simple o triangular, con ornamentos o sin ellos.
Aunque todos los aguilones sean diferentes, se puede clasificar por familias y épocas:
– En punta: Muy utilizado hasta medidados del siglo XVI, aunque ya apenas existen porque remataba las casas de madera, y sólo quedan dos, una de ellas en el Beguinaje.
– A resalto: Utilizado en el siglo XVII, desde principios hasta mediados. Es un aguilón en punta y con los lados que descienden escalonadamente.
– En forma de cuello: Se vio, sobre todo, en la segunda mitad del siglo XVII. Se caracteriza por una curva elegante que va hacia el interior para retraerse y alargarse de nuevo hacia lo lato. La cúspide suele estar rematada por una máscara o realzada por una escultura. Se encuentran docenas de variantes de este aguilón que puede estar personalizada con volutas, guirnaldas y otros adornos.
– En campana: Se usoó hasta finales del siglo XVIII. Es como el anterior, salvo que la parte superior recuerda a una campana.
Por otro lado, si os parece que algunas de las fachadas están inclinadas, no penséis que os habéis pasado con la última copa. Algunas están concebidas con inclinación hacia el canal para izar mercancías mediante poleas, evitando la fachada. En otros casos, son las columnas de los cimientos las que están inclinadas. Se construían así porque sus habitantes pagaabn por superficie de suelo ocupado.
Foto vía Mundo City