A la hora de planificar el viaje a Amsterdam conviene tener en cuenta una serie de aspectos. En este caso, nos vamosa centra en las propinas y la compra de alimentos en la capital de Los Países Bajos.
1º. Propinas:
A aquellos para los que la sonrisa es algo corriente, el personal de los restaurantes de Amsterdam puede parecerles impersonal, antipático y excesivamente lento. No es algo personal.
Los impuestos y el cargo por servicio están incluidos en la cuenta, pero a menos que el camarero se porte francamente mal, se suele añadir una pequeña propina, que equivale a un redondeo al alza, esto es, aproximadamente, del 5%; se considera generosa una propina del 10%. Cuando la cuenta alcanza los 9,50 euros, se redondea a 10 euros.
Si se paga con tarjeta de crédito y no se lleva cambio, al pagar hay que indicar al camarero la cantidad que desea que se añada como propina al precio de la comida.
2º. Compra de alimentos:
Amsterdam tiene muy buenas tiendas de comida para llevar, que en algunos sitios se denominan traiterus. Se hallan excelentes delicatessen, bistros y tiendas a pie de calle que venden productos españoles, tallarines italianos, brochetas indonesias y pizza o falafel. Los grandes almacenes suelen tener buenas cafeterías.
En las zonas comerciales suelen haber sucursales de las cadena de tinedas Volendamer Vishandel (pescados, sándwiches y tentempiés) y Bakkerij Bart (pastelerías). Ah To Go tiene tiendas en las estaciones ferroviarias. Y siempre hay cerca algún tenderete que vende broodeje haring (rollos de arenque).
En cuanto a los supermercados, destaca Albert Heijn, pero alguno de sus competidores, como Dirk van den Broek y Aldi tiene mejores precios. Por otro lado, en toda la ciudad se celebran mercadillos callejeros.
Por último, la cadena de tiendas Gall y Gall vende vino y cerveza, y a menudo tiene tiendas en los supermercador Albert Heijn.
Foto vía Nelso.com