En Amsterdam, podremos disfrutar de varios lugares donde las artes escénicas son el principal protagonista. Por ello, os dejo una lista de sitios para visitar durante nuestro viaje a la capital de Holanda.
1º. Muziekgebouw aan’t IJ (Piet Heinkade, 1):
La nueva sala de conciertos de Amsterdam goza de una espectacular ubicación en una península del río IJ y ofrece vistas magníficas. Además del auditorio principal con 735 butacas, hay una sala más pequeña para 125 espectadores, vestíbulos que miran al IJ y un café-restaurante, el Star Ferry, con una terraza junto al río. Su programas se dedica principalmente a obras contemporáneas.
2º. Boom Chicago (Leidsplein Theater, Leidesplein 12):
Todos los días, esta compañía teatral estadounidense representa obras satíricas cuyos blancos suelen ser las pecualidades holandesas y los temas de actualidad.
3º. Cristofori Salon (Prinsengracht, 581-583):
Esat sala de conciertos, situada en las plantas superiorse de unos antiguos almacenes de café y tabaco del siglo XVII, acoge recitales clásicos, aunque la programación se extiende hasta el tango y el jazz.
4º. Kit Tropentheater (Mauritskade, 63):
La música ecléctica y las representaciones dramáticas tienen un marco adecuado en el teatro del Museo Tropical de la Ciudad. También hay cine de todo el mundo, aunque conviene preguntar si la película es subtitulada.
5º. Concertgebouw (Concertgebouwplein, 2-6):
La flor y nata de los músicos y directores de orquesta internacionales se actúa en este clásico palacio de la música, uno de los más prestigiosos del mundo. Audrey Hepburn tenía abono de temporad cuando vivía en la ciudad, después de la Segunda Guerra Mundial. No hay que perderse los conciertos gratuitos los miércoles a mediodía.
6º. Het Muziektheater (Amstel, 3):
La realeza holandesa asiste con frecuencia a este cómodo, moderno y en cierto momento, controvertido teatro, sede de las compañías nacionales de ópera y ballet. Las entradas, sobre todo para la ópera, se venden con meses de antelación y se agotan rápidamente. La inspirada programación deja huecos para artistas contemporáneos muy reconocidos internacionalmente.
Foto vía Suzanne Nellestjin
