En el año en que la batalla de Waterloo celebra su 200 aniversario, el Hermitage Amsterdam inaugura unaa exposición que ahonda en la estrecha relación de amistad, pero también lucha, que mantuvieron el zar ruso Alejandro I, Napoleón y Josefina.
Esta exposición aborda los vínculos que mantuvieron dos grandes líderes y una mujer de notable personalidad, reuniendo objetos artísticos, pinturas, esculturas, objetos personales, trajes y objetos bélicos como armas y uniformes.
La pieza principal de la exposición es el Camafeo Gonzaga, una valiosa creación helenística que representa el retrato de Ptolomeo II Filadelfo y su esposa Arsínoe. Se trata de una joya del Hermitage que fue requisado por Napoleón para regalárselo a su mujer Josefina Beauharnais, quien a su vez lo regaló años después al zar Alejandro I de Rusia.
Otra pieza sobresaliente de esta exposición es la singular máscara mortuoria de Napoleón realizada poco tiempo después de la muerte del emperador en la isla de Santa Elena, el 5 de mayo de 1821. Es obra del físico escocés Archibald Arnott quien realizó la autopsia del emperador galo. También destaca un medallón con un mechón de pelo del zar Alejandro I.
Los temas centrales que trata la exposición “Alejandro, Napoleón y Josefina” son la amistad, la guerra y la política, no solamente entre los dos hombres, sino también entre la emperatriz y el zar.
La muestra, que acompaña al visitante por un recorrido histórico desde el inicio de la amistad de Napoleón con Alejandro I en torno a 1807, hasta que la ambición expansionista del emperador francés en tierras rusas en 1812 rompiera su vínculo y marcara también el ocaso de los años de éxito de la Gran Armada napoleónica.
A estos hechos le suceden los años de exilio del emperador en la isla de Elba y su doloroso divorcio de Josefina, en los que arranca la relación entre el zar Alejandro I y la que fuera emperatriz de los franceses.
Foto vía La República