Cuando uno viaja a un país o una ciudad suele comprar una serie de souvenires como recuerdo de su estancia. Los productos típicos de cada ciudad luego decorarán nuestros hogares. Al final, todos picamos y compramos el souvenir. Es casi algo inevitable. ¿ Quién no ha caído en esta tentación alguna vez?
El recuerdo más típico de Holanda son las baratijas en cerámica blanca y azul. Además, sobresalen los zuecos de madera, el queso y los gofres, sin olvidar los tulipanes. Estos productos se pueden adquirir en las tiendas de la calle Damrak. Asimismo, en el Mercado de Flores de Amsterdam se podrá elegir entre una amplia gama de bulbos y flores.
Por otro lado, en la capital de Holanda hay varias tiendas de artículos holandeses de diseño. En Saskya & Co, el turista puede comprar varios souvenires muy originales, como delantales y vestidos hechos con la tela típica de las vestimentas tradicionales, o joyas de plata con piezas de cerámica holandesa de más de 400 años de antigüedad. En Thinking of Holland, se pueden adquierir objetos únicos y para todos los bolsillos como paraguas que resisten los fuertes vientos de Ámsterdam, bolsos exclusivos e inventos muy prácticos.
También podemos acudir a las galerías del Spiegelkwartier donde venden obras de arte holandesas antiguas o modernas. En la popular tienda Blond Amsterdam se ponen ala venta bootes, tazas y demás cacharros, pero también ropa y colchas de patchwork. Asimismo, en Gays and Gadgets y en el Pink Point se podrán adquirir souvenires bastantes originales.
Por último, si buscamos regalo para niños tenemos varias opciones. Así, un libro de Nijntje puede ser el regalo perfecto para un niño. Esta conejita sigue cautivando a los niños de todo el mundo con sus divertidas aventuras. Además, en Het Oud-Hollandsch Snoepwinkeltje encontraremos una joya de la venta de golosinas.
Foto vía Noticias Chessbase
