El Begijnhof, un bello remanso de paz

El Begijnhof es uno de los lugares más bonitos y tranquilos de Amsterdam. Recomiendo visitar este remanso de paz en esta ciudad trepidante. Abre todos los días desde las 9.00 a las 17.00 horas y el acceso resulta gratuito.

Desde el siglo XVII, esta suerte de ciudadela aislada, que rodea una enorme explanada sombreada, está ocupada por beguinas, que no son profesionales del amor sino, por el contrario, es el nombre que se dan en los Países Bajos a unas monjas seglares y que han hecho voto de obediencia; no se trata de auténticas monjas, sino mujeres que han entregado sus vidas a la oración y el cuidado de los enfermos.

 Aunque la mayoría de los beguinajes actuales datan del silgo XVII, la institución fue creada en el siglo XIV. Fijaos en que cada casa tiene su pequeño huerto. En los números 2 y 3 podéis observar dos mansiones simétrcas de estilo medieval. En el 6, un pequeño espejo «espía«. Al lado, un casa estrecha, que antaño era una callejuela. En el 11, hay una piedra identificativa en la que aperece el obispo Willeboort, evangelizador de Holanda. En el 29, existe una casa en la que se oculta una iglesia católica.

Os recomiendo entrar en esta iglesia y os quedaréis asombrados. Durante los siglos XVII y XVIII estas iglesias escondidas eran el único medio de practicar el culto católico en unos Países Bajos protestantes. Hasta el siglo XIX, los católicos no recuperaron el derecho a construir. Fijaos, a la izquierda de la puerta, el cuadro en trampatojo y tonos blancos. Esta técnica, muy apreciada en la época, daba una impresión de profundidad a los lugares angostos.

Enfrente, se alza una iglesia anglicana con una torre en ladrillo ligeramente curvada. En julio y agosto se organizan todos los martes conciertos-lunch de música clásica gratuitos.

Además, en el número 34, existe una de las dos únicas mansiones en madera que subsisten en la ciudad. Esta es la más vieja de Amsterdam. A principicos del siglo XVI, a causa de los incendios, se prohibió el uso de la madera en la construccción.

Por último, en la explanada adyacente de esta mansión ancestral se alza la estatuta de la beguina. Finalmente, se sale del recinto por un pasaje situado a la izquierda del número 34. Por ahí se va a dar a la plaza Spui.

Foto vía Wikipedia