Ámsterdam es una ciudad repleta de esculturas que merece la pena conocer. No hay plaza ni parque de esta bella localida holandesa donde no se pueda ver una bonita estatua. Las primeras esculturas fueron las de Rembrandt (en 1852), Vondel (en 1867) y Thorbecke (en 1876). Os recomiendo dedicar un rato a descubrir estas esculturas.
Las estatuas cayeron en desgracia con la llegada del protestantismo y la revuelta iconoclasta (‘Beeldenstorm’). Además, Holanda era un país de pintores, no de escultores. Pero pese a todo ello, Ámsterdam cuenta con numerosas culturas repartidas a lo largo y lo ancho de la ciudad.