Rembrandtplein, un elegante barrio

Entre el Amstel y el Keizersgracht hay un barrio diurno con sus bonitas perspectivas de plazas y canales sombreados en los cuales se miran las opulentas fachadas de viviendas patricias que en ocasiones se dignan abrir sus puertas y secretos a los transeúntes.

Aunque, cuando se iluminan las guirnaldas de la hilera de los siete punetes del Reguliersgracht, los noctámbulos invaden las calles y transforman el barrio de Rembrandtplein en un lugar muy en boga donde los sitios de comida rápida se codean con los clubes gay.

1º. Rembrandtplein:

Plaza del antiguo mercado de la mantequilla, se rebautizó con el nomber del gran maestro del Siglo de oro, cuya estatua domina su centro. En la actualidad casi por entero bordeada de cafés más o menos elegantes, cuyas grandes terrazas se despliegan en la calle, es uno de los puntos de cita de la juventud.

2º. Hoodhoudt (Reguliersgracht, 11):

Dsede la salida de las oficinas, este proeflokaal situado en un almacén del siglo XVII, no se vacía hasta el cierre. Se bebe ginebra de Groningen, conservada en botella de gres a in de mantener su aroma especial.

3º. FOAM (Museo de la Fotografía, Keizersgracht, 609):

Tres casas patricias del siglo XVIII y sus jardines han sido unidas por un sabio juego de pasarelas gracias al arquitecto Benthlem Crouwel para albergar la fundación Van den Ende. Nueva plataforma de las artes visuales, este lugar ultracontemporáneo expone a lo largo de todo el año en rotación de tres meses, los negativos y vídeos de los grandse fotógrafos internacionales.

4º. Cine Tuschinski (Reguliersbreestraat, 26-28):

Construido en 1921 por Abraham Icek Tushinski, un judío polaco que hizo fortuna en América, este cine ha conservado la carpintería, las vidrieras, las lámparas y los tapices de la época.

5º. Willet-Holthuysen Museum (Herengracht, 605):

Los esposos Willte Holtuysen, que vivieron en esta bonita casa del Siglo de Oro, eran fervientes coleccionistas de cristalería, porcelana, platería y cuadros. Desde la oficina hasta el jardín a la francesa, se puede disfrutar de la vida cotidiana de la burguesía del siglo XVII.

Foto vía Absolut Holanda