La obra de Marcel Wanders se expone en el museo «Stedelijk» de Amsterdam

museo Stedelijk de Amsterdam

El museo «Stedelijk» de Amsterdam expone  los diseños del holandés Marcel Wanders para estudiar sus 25 años de trayectoria profesional, en la que el diseñador ha elaborado objetos y espacios de cuento que rompen con el mito minimalista de que con menos se hace más.

Wanders  no se identifica con la aproximación minimalista al diseño tan extendida en Holanda. Su diseño presenta  un alto componente emocional. Su proceso creativo es muy singular.

En la temática, este artista recurre a tradiciones como la cerámica típica holandesa de la ciudad de «Delft», rica en detalles de tonos azules, que Wanders transforma en manchas que crean el mismo efecto que un minucioso dibujo.

Los ornamentos que crean patrones tridimensionales sobre las superficies de mesas o productos cosméticos son un claro distintivo del diseñador, en tanto que materiales como el algodón y el cristal combinan lo tradicional con la innovación más sobresaliente.

La icónica «Silla de nudos», que en 1996 le valió para  su salto internacional, ejemplifica muy bien la fusión entre las tecnologías más avanzadas con las técnicas artesanales.

La exposición «Marcel Wanders, colgado» realiza un recorrido por estos y otros aspectos del trabajo del diseñador. Arranca con un espacio de paredes blancas en el que cerámicas, joyas y patrones son la clave, al igual el trabajo bautizado como «Corona de Agua», que es la apuesta que Wanders de 2001 para una tiara destinada a la hoy en día reina de Holanda, Máxima Zorreguieta.

La obra  de Wanders no deja indiferente a nadie,  tanto por su diversidad como por el tamaño, que abarca desde interiores monumentales hasta una cadena multicolor -con una pastilla de Viagra y una piedra de riñón incluidos- o un minúsculo pin en el que se lee la palabra «Héroe».

Por último, la exposición reserva un espacio de paredes negras para mostrar los interiores de lujo que Wanders plasma en residencias y establecimientos hoteleros en Amsterdam, Turquía, Nueva York o Mallorca, en los que monumentales lámparas y excesos ornamentales recrean un mágico mundo de cuento.

Foto vía Holland.com